PREGÓN DE LAS FERIAS Y FIESTAS DE LA PARRA 2012
Antonio Becerra
La Parra, 24 de agosto
1. Introducción
Pregonero es aquel que anuncia algo en un lugar público para que se sepa. Hoy soy yo la voz de la villa de La Parra; la voz que grita en la noche, en esta plaza de Santiago, lugar de tabernas de antaño, puestos y apeadero de viajeros, y testigo anual del encuentro matutino de Resurrección, y de todos las celebraciones lúdico-festivas, sin contar las del Cristo que tiene lugar propio.
Hoy anuncio desde aquí las ferias y fiestas de este año de gracia, para que todas las parreñas y parreños se enteren y se alegren:
Dejad que suene la música
y que impregne al pueblo entero
que vivan sus fiestas grandes
pequeños, mozos y abuelos.
Que se engalanen las plazas
y calles con sumo esmero
que repartamos abrazos
a los que vuelven al pueblo.
Que la emoción reprimida
brote a raudales sin miedo
para expresar a sus gentes
que viven con su recuerdo.
(Carmelo Sancho Liarte. Julio 2010)
2. Saludos
Sr. Alcalde D. Santiago González Lagar y miembros de la corporación municipal.
Muy dignas autoridades.
Amigas y amigos.
3. El pregón y el pregonero
Con temor y temblor, acepté ser el pregonero de estas fiestas, después de haber tenido antes que yo, buenos y notables pregoneros: Antonio Amaya, Lorenzo Muñoz, Tasita Santos, Ramón Ordoñez e Isidoro Castaño.
Estoy aquí con corazón agradecido para cantar las excelencias de este pueblo, y para devolver parte de lo que La Parra me dio durante los tres años gozosos de ministerio entre sus gentes.
Agradezco vivamente a José Juan Durán Murillo, la habilidad y amabilidad con que acaba de disimular mis carencias. Le devuelvo el mismo afecto y cariño manifestado en sus palabras. Gracias amigo José Juan.
4. La Parra y los parreños
Estamos esta noche en este hermoso pueblo de huertos urbanos y de casas blancas y refulgentes, muchas de ellas blasonadas. Un pueblo de buenos vientos, y notable entonces, al ser tierra de caballeros del Temple, cabeza de arciprestazgo, villa del mayorazgo de los Suárez de Figueroa, y cuna de Jerónimo y Fray Francisco de la Parra.
Orgullosos estáis de vuestro pueblo, gloria de la comarca de Zafra-río Bodión, y de vuestra Iglesia gótica de tres naves y bóvedas nervadas; de la ermita de San Juan, del pequeño y magnífico corso, y de la singular imagen de San Juan de finísimo y traslúcido alabastro.
Aunque es de noche, y ahora todo se confunde por las luces y ruidos especiales ante el inicio de las fiestas, sin embargo aún sentimos con nitidez, los olores de los nardos y jazmines del Convento; del trigo recién recogido y, aún siendo verano, en el pueblo todavía permanecen, los olores a hinojos, orégano, jara, albolaga, retama, y tomillo de sus campos.
Aunque es de noche, nos encontramos todos muy tranquilos en esta plaza, dispuestos a iniciar las fiestas de este año, porque estamos custodiados en silencio por la gran sierra del Pico y de María Andrés, y las sierras Chiquita y de la Horca.
Fuera de esta plaza todo está en paz. Hasta las fincas del Naranjero y el Álamo con sus encinas, alcornocales y acebuches, favorecen nuestro disfrute, y el descanso de los gorriones y de los jilgueros, pero no pueden contener, por el calor, el canto metálico de las chicharras, como tampoco la torre de la Iglesia, puede silenciar el sonido de los toques del reloj del siglo XIX, joya singular del patrimonio Parreño.
Todo este pueblo está en perfecta armonía, pero esta plaza está sumida en una alegría festiva y luminosa, transida por los aromas del verano.
Y es que estas fiestas son en el agosto “frívolo, díscolo, trasnochador y hasta desconcertante” (José Muñoz Fernández)… y ahora es noche de verano.
Son las noches de verano
las mensajeras del Tiempo;
ese cielo envuelto en perlas
y el viento parado, quieto,
la luna siempre en lo alto,
el campo sediento y seco.
Las horas pasan envueltas
entre luces y entre sueños.
Esas noches de verano
son voces del Universo,
la escritura de los astros,
la mirada del silencio
que nos habla por señales,
y nos revela secretos
que solamente conocen
quienes contemplan el cielo
(José Muñoz Fernández 2011)
5. La feria y estas fiestas
“Cuando llega el mes de agosto y ya tocando al final,
recuerdo que en nuestro pueblo hubo una fiesta popular”
(Raimundo Nieto)
Estas fiestas vienen de las ferias de mercado del siglo XV con quince días de duración. Entonces se daban cita en este querido pueblo, los gitanos con los payos, cerca del abrevadero de la Charca. Allí, se vendían y compraban las bestias, se hacían los trueques, se compraban los aperos de labranzas para el año y, en medio del bullicio propio, se favorecía la convivencia intercultural, la paz, la armonía, la concordia y el entendimiento.
“A este Rodeo acudían gitanos y merchanes que se distinguían por sus chambras y blusas negras, así como gente de otros negocios. Llama la atención en nuestros días la forma de hacer los tratos que se sellaban con un simple apretón de manos entre el comprador y vendedor, en presencia del corredor de turno”. (Lorenzo Muñoz Montero. Pregón del 2008).
“Muchos pudieron conocer las novedades del genio humano porque la feria es un ejercicio dinámico de mezcla de gente, costumbres, ingenios y objetos diversos” (José María Lama. Zafra y la comarca circular).
Desde entonces La Parra tiene todos los años sus fiestas distintas a las primeras, y en todas, la gente han disfrutado con los bailes, las cunitas voladoras, y las compras de dulzainas y juguetes de madera y de cartón
Pero el motivo principal por el que también este año hay ferias y fiestas, es porque este pueblo está lleno de vida: las mujeres son muy fecundas, los jóvenes son especialmente creativos, ¡ ay que ver lo que han dado de sí los amigos de África!; los niños y los jóvenes pueden estudiar en el Pueblo, los hombres saben perfectamente agenciarse la vida de la mejor forma, aunque sea cogiendo espárragos, a las mujeres no se les caen los anillos a la hora de trabajar y trabajar bien; los ancianos son sufridos, pacientes, y sencillos de corazón hasta el final.
Recordamos en ente tiempo, a los segadores que nos ha precedido, y que segaron con su sudor, y en cuadrilla, gran parte de los cereales de los pueblos de Extremadura; y a tantas personas mayores que fomentaron la concordia y el buen vivir vecino, al calor de los braseros de picón y la badila en invierno, y en las puertas de sus casas en verano.
Todos los parreños son buena gente y no peligrosos; son solidarios a la hora de dar su sangre y saben darse a sí mismos ante cualquier causa noble; no tienen dobleces de alma, y son harto acogedores y agradecidos. Hasta los enfermos son luchadores y sufridos y tienen unas inmensas ganas de vivir como la mejor medicina.
Este pueblo no está muerto sino vivo: hay muchas, asociaciones culturales y religiosas, Universidad Popular, escuelas de baile flamenco, el Consejo Local de la juventud, el Hogar de mayores, las peñas de futbol, la sociedad de cazadores, asociación de mujeres, grupo de teatro “Amanecer”, comparsas de carnavales, la Hermandad del Santísimo Cristo… hasta las peñas del gruñidor y los méndigos. Todo esto hace que todo un pueblo viva y tenga ganas de celebrar la vida, y esta vida, a pesar del calor propio de agosto, y de estos tiempos recios, y hartos de crisis de dinero y de valores.
Como antesala de estas fiestas habéis tenido ya la semana cultura con concurso de pesca, concierto de banda de música, teatro y actuaciones de grupos de baile…
A partir de ahora tendréis también muchas actuaciones musicales y bailes; elección de la reina, damas y mister de las fiestas; pasacalles con la Charanga “la Parreña" y la banda de cornetas y tambores. No faltarán los festejos taurinos y las ya conocidas y variadas actividades para los infantiles: juego de la cucaña y "atrapa al guarrino". Sin olvidar la carrera de cintas a caballo, y la actuación del cuarteto "full de medianoche”, para terminar con la entrega de trofeos y traca fin de fiestas.
Estas ferias y fiestas son muy importantes y también las de San Juan, San Blas, San Isidro, e incluso los carnavales; pero para un parreño, la que más emociona y la que se viven desde el amor gozado y la ternura del corazón, es las que se celebran en honor del dulcísimo Señor de La Parra, el Santísimo Cristo de las Misericordias, que las tendréis en el mes de septiembre próximo.
6. Llamadas
Queridos jóvenes parreños deseo que tengáis una vida más fecunda que el riachuelo del Entrín, y que vuestro interior sea tan grande como la sierra del Pico.
Que permanezcáis firmes en vuestras convicciones fraternas y solidarias como permanece firme el ara romana de vuestro pueblo.
Que la pila bautismal visigoda os recuerde vuestras raíces cristianas, y que dejando atrás la pereza y los vicios, os mantengáis firmes y llenos de belleza como la fuente de las Almenas.
Que estéis al tanto de los vientos favorables que son tan propios de La Parra, para hacer buena ala delta y parapente, a la hora de plantearos cómo hacer la mejor de las ferias y fiestas para vuestros paisanos y para vuestro pueblo.
7. Final
Muchas felicidades a los parreños de nacimiento y de sangre, a los que vivís aquí y a los que habéis venido, porque un día os tuvisteis que marchar para tener mejores condiciones de vida.
¡Quiero que se sumen a estas fiestas todos los habitantes de los pueblos vecinos!, ¡Que este Pueblo sepa en estos días comer el pan de la fraternidad y embriagarse del vino de la amistad y de la concordia!
¡Que en estos días no haya crisis de alegría! Que nos acordemos de los enfermos y de los que estuvieron un día, y ahora no están, pero nos están viendo; y que todos, con la alegría propia de la fiesta, digáis a toda la gente lo importante que es vivir y hacer vivir.
Muy dignas autoridades y amigos: os los he anunciado hoy con gran alegría, y quiero que se enteren todos los jóvenes, ancianos y niños de este Pueblo. Que se den por enterados también los habitantes de los pueblos vecinos, y todos los que os visiten:!también en este año del Señor de 2012, celebraremos como manda la tradición, la tradicional feria y fiestas en esta hermosa villa de la Parra¡ y yo como pregonero, con emoción y gozo, así os lo he anunciado y dicho.
¡Felices fiestas!
La Parra, 24 de agosto
1. Introducción
Pregonero es aquel que anuncia algo en un lugar público para que se sepa. Hoy soy yo la voz de la villa de La Parra; la voz que grita en la noche, en esta plaza de Santiago, lugar de tabernas de antaño, puestos y apeadero de viajeros, y testigo anual del encuentro matutino de Resurrección, y de todos las celebraciones lúdico-festivas, sin contar las del Cristo que tiene lugar propio.
Hoy anuncio desde aquí las ferias y fiestas de este año de gracia, para que todas las parreñas y parreños se enteren y se alegren:
Dejad que suene la música
y que impregne al pueblo entero
que vivan sus fiestas grandes
pequeños, mozos y abuelos.
Que se engalanen las plazas
y calles con sumo esmero
que repartamos abrazos
a los que vuelven al pueblo.
Que la emoción reprimida
brote a raudales sin miedo
para expresar a sus gentes
que viven con su recuerdo.
(Carmelo Sancho Liarte. Julio 2010)
2. Saludos
Sr. Alcalde D. Santiago González Lagar y miembros de la corporación municipal.
Muy dignas autoridades.
Amigas y amigos.
3. El pregón y el pregonero
Con temor y temblor, acepté ser el pregonero de estas fiestas, después de haber tenido antes que yo, buenos y notables pregoneros: Antonio Amaya, Lorenzo Muñoz, Tasita Santos, Ramón Ordoñez e Isidoro Castaño.
Estoy aquí con corazón agradecido para cantar las excelencias de este pueblo, y para devolver parte de lo que La Parra me dio durante los tres años gozosos de ministerio entre sus gentes.
Agradezco vivamente a José Juan Durán Murillo, la habilidad y amabilidad con que acaba de disimular mis carencias. Le devuelvo el mismo afecto y cariño manifestado en sus palabras. Gracias amigo José Juan.
4. La Parra y los parreños
Estamos esta noche en este hermoso pueblo de huertos urbanos y de casas blancas y refulgentes, muchas de ellas blasonadas. Un pueblo de buenos vientos, y notable entonces, al ser tierra de caballeros del Temple, cabeza de arciprestazgo, villa del mayorazgo de los Suárez de Figueroa, y cuna de Jerónimo y Fray Francisco de la Parra.
Orgullosos estáis de vuestro pueblo, gloria de la comarca de Zafra-río Bodión, y de vuestra Iglesia gótica de tres naves y bóvedas nervadas; de la ermita de San Juan, del pequeño y magnífico corso, y de la singular imagen de San Juan de finísimo y traslúcido alabastro.
Aunque es de noche, y ahora todo se confunde por las luces y ruidos especiales ante el inicio de las fiestas, sin embargo aún sentimos con nitidez, los olores de los nardos y jazmines del Convento; del trigo recién recogido y, aún siendo verano, en el pueblo todavía permanecen, los olores a hinojos, orégano, jara, albolaga, retama, y tomillo de sus campos.
Aunque es de noche, nos encontramos todos muy tranquilos en esta plaza, dispuestos a iniciar las fiestas de este año, porque estamos custodiados en silencio por la gran sierra del Pico y de María Andrés, y las sierras Chiquita y de la Horca.
Fuera de esta plaza todo está en paz. Hasta las fincas del Naranjero y el Álamo con sus encinas, alcornocales y acebuches, favorecen nuestro disfrute, y el descanso de los gorriones y de los jilgueros, pero no pueden contener, por el calor, el canto metálico de las chicharras, como tampoco la torre de la Iglesia, puede silenciar el sonido de los toques del reloj del siglo XIX, joya singular del patrimonio Parreño.
Todo este pueblo está en perfecta armonía, pero esta plaza está sumida en una alegría festiva y luminosa, transida por los aromas del verano.
Y es que estas fiestas son en el agosto “frívolo, díscolo, trasnochador y hasta desconcertante” (José Muñoz Fernández)… y ahora es noche de verano.
Son las noches de verano
las mensajeras del Tiempo;
ese cielo envuelto en perlas
y el viento parado, quieto,
la luna siempre en lo alto,
el campo sediento y seco.
Las horas pasan envueltas
entre luces y entre sueños.
Esas noches de verano
son voces del Universo,
la escritura de los astros,
la mirada del silencio
que nos habla por señales,
y nos revela secretos
que solamente conocen
quienes contemplan el cielo
(José Muñoz Fernández 2011)
5. La feria y estas fiestas
“Cuando llega el mes de agosto y ya tocando al final,
recuerdo que en nuestro pueblo hubo una fiesta popular”
(Raimundo Nieto)
Estas fiestas vienen de las ferias de mercado del siglo XV con quince días de duración. Entonces se daban cita en este querido pueblo, los gitanos con los payos, cerca del abrevadero de la Charca. Allí, se vendían y compraban las bestias, se hacían los trueques, se compraban los aperos de labranzas para el año y, en medio del bullicio propio, se favorecía la convivencia intercultural, la paz, la armonía, la concordia y el entendimiento.
“A este Rodeo acudían gitanos y merchanes que se distinguían por sus chambras y blusas negras, así como gente de otros negocios. Llama la atención en nuestros días la forma de hacer los tratos que se sellaban con un simple apretón de manos entre el comprador y vendedor, en presencia del corredor de turno”. (Lorenzo Muñoz Montero. Pregón del 2008).
“Muchos pudieron conocer las novedades del genio humano porque la feria es un ejercicio dinámico de mezcla de gente, costumbres, ingenios y objetos diversos” (José María Lama. Zafra y la comarca circular).
Desde entonces La Parra tiene todos los años sus fiestas distintas a las primeras, y en todas, la gente han disfrutado con los bailes, las cunitas voladoras, y las compras de dulzainas y juguetes de madera y de cartón
Pero el motivo principal por el que también este año hay ferias y fiestas, es porque este pueblo está lleno de vida: las mujeres son muy fecundas, los jóvenes son especialmente creativos, ¡ ay que ver lo que han dado de sí los amigos de África!; los niños y los jóvenes pueden estudiar en el Pueblo, los hombres saben perfectamente agenciarse la vida de la mejor forma, aunque sea cogiendo espárragos, a las mujeres no se les caen los anillos a la hora de trabajar y trabajar bien; los ancianos son sufridos, pacientes, y sencillos de corazón hasta el final.
Recordamos en ente tiempo, a los segadores que nos ha precedido, y que segaron con su sudor, y en cuadrilla, gran parte de los cereales de los pueblos de Extremadura; y a tantas personas mayores que fomentaron la concordia y el buen vivir vecino, al calor de los braseros de picón y la badila en invierno, y en las puertas de sus casas en verano.
Todos los parreños son buena gente y no peligrosos; son solidarios a la hora de dar su sangre y saben darse a sí mismos ante cualquier causa noble; no tienen dobleces de alma, y son harto acogedores y agradecidos. Hasta los enfermos son luchadores y sufridos y tienen unas inmensas ganas de vivir como la mejor medicina.
Este pueblo no está muerto sino vivo: hay muchas, asociaciones culturales y religiosas, Universidad Popular, escuelas de baile flamenco, el Consejo Local de la juventud, el Hogar de mayores, las peñas de futbol, la sociedad de cazadores, asociación de mujeres, grupo de teatro “Amanecer”, comparsas de carnavales, la Hermandad del Santísimo Cristo… hasta las peñas del gruñidor y los méndigos. Todo esto hace que todo un pueblo viva y tenga ganas de celebrar la vida, y esta vida, a pesar del calor propio de agosto, y de estos tiempos recios, y hartos de crisis de dinero y de valores.
Como antesala de estas fiestas habéis tenido ya la semana cultura con concurso de pesca, concierto de banda de música, teatro y actuaciones de grupos de baile…
A partir de ahora tendréis también muchas actuaciones musicales y bailes; elección de la reina, damas y mister de las fiestas; pasacalles con la Charanga “la Parreña" y la banda de cornetas y tambores. No faltarán los festejos taurinos y las ya conocidas y variadas actividades para los infantiles: juego de la cucaña y "atrapa al guarrino". Sin olvidar la carrera de cintas a caballo, y la actuación del cuarteto "full de medianoche”, para terminar con la entrega de trofeos y traca fin de fiestas.
Estas ferias y fiestas son muy importantes y también las de San Juan, San Blas, San Isidro, e incluso los carnavales; pero para un parreño, la que más emociona y la que se viven desde el amor gozado y la ternura del corazón, es las que se celebran en honor del dulcísimo Señor de La Parra, el Santísimo Cristo de las Misericordias, que las tendréis en el mes de septiembre próximo.
6. Llamadas
Queridos jóvenes parreños deseo que tengáis una vida más fecunda que el riachuelo del Entrín, y que vuestro interior sea tan grande como la sierra del Pico.
Que permanezcáis firmes en vuestras convicciones fraternas y solidarias como permanece firme el ara romana de vuestro pueblo.
Que la pila bautismal visigoda os recuerde vuestras raíces cristianas, y que dejando atrás la pereza y los vicios, os mantengáis firmes y llenos de belleza como la fuente de las Almenas.
Que estéis al tanto de los vientos favorables que son tan propios de La Parra, para hacer buena ala delta y parapente, a la hora de plantearos cómo hacer la mejor de las ferias y fiestas para vuestros paisanos y para vuestro pueblo.
7. Final
Muchas felicidades a los parreños de nacimiento y de sangre, a los que vivís aquí y a los que habéis venido, porque un día os tuvisteis que marchar para tener mejores condiciones de vida.
¡Quiero que se sumen a estas fiestas todos los habitantes de los pueblos vecinos!, ¡Que este Pueblo sepa en estos días comer el pan de la fraternidad y embriagarse del vino de la amistad y de la concordia!
¡Que en estos días no haya crisis de alegría! Que nos acordemos de los enfermos y de los que estuvieron un día, y ahora no están, pero nos están viendo; y que todos, con la alegría propia de la fiesta, digáis a toda la gente lo importante que es vivir y hacer vivir.
Muy dignas autoridades y amigos: os los he anunciado hoy con gran alegría, y quiero que se enteren todos los jóvenes, ancianos y niños de este Pueblo. Que se den por enterados también los habitantes de los pueblos vecinos, y todos los que os visiten:!también en este año del Señor de 2012, celebraremos como manda la tradición, la tradicional feria y fiestas en esta hermosa villa de la Parra¡ y yo como pregonero, con emoción y gozo, así os lo he anunciado y dicho.
¡Felices fiestas!
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