Más de quinientos parreños arroparon al que fue su médico durante diez años.
El sábado fue un día festivo en La Parra. Todas las entidades públicas, asociaciones y ONG de esta localidad, organizaron esta acelebración que ha sido sufragada, con creces, por todos los habitantes.
Los actos se iniciaron con una eucaristía de acción de gracias por la superación de la enfermedad que le ha afectado. La gran iglesia gótica, como en los actos importantes, estuvo repleta y se vio animada por los coros parroquiales que actuaron conjuntamente.
Ya en el gimnasio y su entorno, que quedó pequeño para la riada de amigos, de todas las edades que se congregaron allí, se iniciaron los actos de homenaje a Don Juan, como se le conoce en el pueblo, que estuvieron llenos de un gran calor, que se plamó en los numerosos aplausos que, durante toda la noche, sonaron con fuerza y expresividad.
El presentador del acto destacó la figura de esta gran persona y excelente médico y, para ello, se basó en algunos de los cientos de mensajes literales que los parreños han escrito como agradecimiento a su gran y callada labor. Para todos Don Juan es un médico de los de siempre, de los que siguen al enfermo, dentro y fuera del consultorio, las veinticuatro horas del día; una persona que ha dejado una profunda huella que permanecerá en el tiempo. Es un médico que siempre ha escuchado, que ha estado en los momentos difíciles que muchos tenemos, que hablaba como niño con los niños y a los mayores como mayores.
Como símbolos y para que permanezca en el recuerdo, el pueblo entregó una placa con este mensaje: "GRACIAS DON JUAN, POR TU LABOR, ENTREGA Y DEDICACIÓN A TODO EL PUEBLO DE LA PARRA. PORQUE ERES UNA GRAN PERSONA Y UN EXCELENTE MÉDICO, CON CARIÑO: LOS PARREÑOS/AS", y un libro digital en el que se aúna la belleza fotográfica de La Parra, los mensajes y las cuatrocientas treinta firmas que se han recogido como apoyo y agradecimiento a su labor.
El homenajeado también estuvo arropado por toda su familia y algunos amigos de Santa Marta de los Barros, donde él reside.
Los actos finalizaron de madrugada, en el patio del colegio, con una gran convivencia animada y sostenida por los platos y las bebidas que las familias habían elaborado o las asociaciones habían dado.
Escrito por: Antonio Amaya López.
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